Me encontré en esta foto, no soy la misma, ahora tengo cuatro canas, más kilos y menos cabello.
Conservo la falda, pero los zapatos se gastaron de tanto caminar.
Por eso los dejé y a él también.
Ya no soy la misma, me veía más guapa, pero ahora me gusto más.
En esos días si me quería, pero ahora intento hacerlo mejor.
Me amo más, dejé los zapatos y lo de amar tanto hasta dejar de amarme.
La falda ya está vieja como mi cartera pero no la quiero soltar porque es de color verde, el favorito de mi abuela, a la que tampoco he querido soltar a diez años de su muerte.
Quiero más de cuatro canas, quiero algunas de las arrugas que vendrán y quiero cambiar de zapatillas una y otra vez porque quiero andar y andar e ir soltando lo que vaya pesando en el camino.
Caminar y caminar hasta el día que me encuentre en el cielo con Dolores.
Caminar mucho como ella, para poder decirle de mujer a mujer que fuimos valientes y que fuimos amor.
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